Iván Jiménez Rebolé “debutó” como árbitro el pasado sábado en Ripagaina en el encuentro entre el Burladés B y el Iruña, de Primera Autonómica. “Debutó” entre comillas porque Iván lleva varios años en el arbitraje, pero un susto cardiaco le ha tenido apartado de su pasión los últimos tres meses. Curiosamente desde que dirigió su último encuentro precisamente en Ripagaina.
Jiménez Rebolé nos ha contado cómo ha sido esta vuelta: “Estoy encantado; siempre he tenido la idea de volver, pero en temas de salud quienes mandan son los médicos. Sin embargo, nunca me llegue a plantear dejar el arbitraje y el deporte; para mí son dos válvulas de escape, son muy importantes en mi vida”.

El proceso hasta regresar no ha sido fácil y ha contado con altibajos que Jiménez Rebolé ha ido superando según se le iban presentando: “La última palabra la tienen los médicos. Tras el susto me puse en manos de los cardiólogos, he ido superando las pruebas de esfuerzo y, poco a poco, me iba dando cuenta que, aunque no sabía ni día, ni hora, ni partido, los resultados de las pruebas me decían que iba a volver. Han sido meses con muchas citas médicas y con una cierta pelea con mi cabeza, ya que había días en los que me decía que no entrenara y otros en los que me sentía con muchas ganas. He realizado entrenamientos alternos durante estos tres meses, incluso con un parón de dos semanas porque me tuvieron que operar de la nariz”.
«No sabía ni día, ni hora, ni partido, pero los resultados de las pruebas me decían que iba a volver«
“Una vez superadas las pruebas físicas, -continua relatando- mental y físicamente ya me encontraba en la fase del regreso y cuando me llegó la designación sólo pensé en preparar junto a mis compañeros el partido, volver al 100% y prepararme toda la semana para ello. Reconozco que durante el calentamiento alguna lágrima sí que derramé, pero intenté guardar la emoción para el final, cuando llegaron los abrazos de la gente que me ha estado apoyando estos meses”.
Durante los 90 minutos volvió a arbitrar con la misma esencia, dialogando con los jugadores porque siempre parte de una premisa: “Los árbitros no somos los malos de la película. Tenemos la autoridad pero nunca se puede perder la educación. En mi vuelta mostré una tarjeta muy temprana; eran los primeros minutos y podía condicionar el partido. El capitán se me acercó y con toda la educación me pidió que le explicara el motivo. Le dije que había sido una entrada fea y a destiempo y que, por tanto, era merecedora de tarjeta. Nada más. Lo entendió y continuó el partido”.

“Los árbitros no somos los malos de la película. Tenemos la autoridad pero nunca se puede perder la educación»
Iván Jiménez Rebolé no quiere terminar la entrevista sin dedicar unas palabras a su círculo familiar, a sus amigos y, por supuesto, a las personas que forman el mundo del arbitraje navarro y a la Federación Navarra de Fútbol: “Mis padres y mi pareja han sido mis pilares en este camino. Han tenido miedo, pero ahora que han visto que ya estoy bien están felices. También mis amigos, algunos vinieron a verme el sábado, han sido muy importantes. Por supuesto, no me puedo olvidar de mis compañeros y de todas las personas del arbitraje navarro que me han apoyado todos estos meses”.
Volverá a arbitrar este fin de semana, porque como bien dice “El arbitraje es sacrificio, es entrega personal y trabajo continuo; pero también en el arbitraje de todo se sale”.
El director del Comité Técnico de Árbitros de la Federación Navarra , Felipe Martínez Quiroga, ha estado al lado de Iván durante todo este proceso y en el día de su vuelta ha querido tener unas palabras hacia él y hacia todas las personas que han estado ayudando y apoyando a un miembro de la familia dela arbitraje navarro: “Lo cierto es que el gran susto que toda la familia arbitral nos llevamos en las pruebas físicas con Iván fue grande. No quiero dejar pasar la oportunidad de agradecer tremendamente a las personas que echaron una mano del Comité y a la rápida actuación de los servicios médicos que se encontraban en Larrabide. Iván ha demostrado ser una persona muy fuerte con una gran personalidad y compromiso, cualidades que seguro le van a ayudar en su día a día. Como no puede ser de otro modo sabe que el apoyo de todos sus compañeros y compañeras siempre lo va a tener y que, todos estamos convencidos, va a volver más fuerte si cabe”.
Felipe Martínez Quiroga