
Julio Leo Ollo (16/10/1979) ha cumplido 40 años y, tal y como dicta la norma, deberá dejar el arbitraje activo. Es el árbitro más veterano de Segunda División B, donde ha pitado 200 partidos durante 14 temporadas consecutivas. Llegó a esta categoría con 25 años, tras 10 años en categorías inferiores. En su curriculum también aparece su condición de cuarto en varios partidos con Undiano Mallenco. Se siente un privilegiado por haber hecho lo que le gusta durante tantos años, estar apoyado siempre por su familia y seguir sintiéndose útil para formar a futuros árbitros.

40 años y 14 temporadas consecutivas en Segunda División B, tiene asumida la retirada.
Sí, tengo asumida la retirada y me siento un privilegiado por conocer la fecha de esa retirada; aunque, ahora con la incertidumbre que nos ha provocado la crisis sanitaria, la fecha exacta todavía no se sabe, pero he tenido tiempo a lo largo de toda esta temporada para ir asumiendo que era y es la última.
Puedo seguir pitando en categoría Regional, pero mi papel como árbitro en activo ha acabado. Es el momento de dejar paso a gente más joven y, por tanto, no quiero ocupar una plaza en regional y, quizá, pueda cortar la proyección de un árbitro más joven.
¿Cómo tenía pensada la despedida?
Había preparado una despedida con mi familia y mis amigos, pero ahora ya sé que ese escenario es completamente irreal. Si pitó un último partido será sin público, por tanto, no me podrá acompañar nadie. Ya me desquitaré y cuando pase todo esto, haré una cena con todos.
Por tanto, no le van a gustar los partidos sin público
El público es parte de la esencia del fútbol. Además, tal y como se han concebido los playoffs a partido único, serán choques muy bonitos; auténticas finales que con público hubiesen sido muy bonitas. Los partidos sin público estarán un poco descafeinados. Además, para un árbitro pitar un partido con muchos espectadores, es muy difícil que te salga mal. La disputa, el juego, el ambiente, todo hace que estés muy enchufado y que las cosas salgan bien.
No obstante, en ese último partido, aunque no estén allí, se acordará de la familia y de su apoyo durante todos estos años
Mi mujer ha tenido mucha paciencia. En Segunda B viajas casi todos los fines de semana y por mi trabajo también tengo que viajar bastante, así que me he perdido varios momentos importantes. Estuve en el nacimiento de mis hijos, pero al día siguiente me tuve que marchar para arbitrar. Mi mujer me conoció justo cuando ascendí a Segunda B y siempre me ha apoyado. Me siento, en este sentido, un privilegiado.
Vamos al principio, usted comenzó a arbitrar con 16 años, qué les puede decir a esos jóvenes que están comenzando.
Si te gusta el fútbol, el arbitraje engancha. Nadie nace con la vocación de ser árbitro; quizá alguien por tener algún familiar que haya arbitrado, pero, en líneas generales, a todo el mundo lo que le gusta es el fútbol; tengo dos hijos de 5 y 6 años y a ellos le gusta salir por ahí a jugar al fútbol.
Yo llegue al arbitraje a través de una charla de captación que impartieron en mi colegio. A ello se unió que ya sentía ese gusanillo al tener un amigo árbitro y empecé. A los jóvenes les aconsejaría que se lo tomasen como un hobby, sin marcarse objetivos ambiciosos al principio, sino que sean capaces de disfrutarlo y de dedicarle tiempo, trabajo y esfuerzo. El objetivo es hacerlo bien y luego, con esfuerzo y dedicación, cada uno llega a donde llega.
24 años en el arbitraje dan para mucho, imagino que pesará más lo bueno que lo malo.
Nosotros aprendemos de los errores, pero más allá de eso, me siento afortunado porque no he tenido durante todos estos años malas experiencias. Tengo muchas cosas que agradecer al fútbol por la oportunidad que me ha dado de pitar partidos muy bonitos. No he dado el salto al fútbol profesional, pero he tenido la oportunidad de acompañar a Undiano Mallenco como cuarto árbitro en, por ejemplo, cinco clásicos o semifinales de Copa del Rey. He hecho grandes partidos.
¿Durante estos años cómo ha cambiado el fútbol?
Te pongo un ejemplo que puede parecer una tontería, pero que explica el cambio en el fútbol. Cuando yo empecé los árbitros no salían a calentar y ahora en todos los campos ves media hora antes calentar al trio arbitral. Ahora es cuando nos ven como deportistas. También este cambio ha contribuido a que estemos más preparados y entrenemos mucho más.
¿Le parece pronto la edad de 40 años para una retirada cuando, como dice, los árbitros están ahora mucho mejor preparados?
Ni pronto, ni tarde. Me encuentro muy bien físicamente, pero subí a Segunda División B con 25 años y he tenido tiempo suficiente para disfrutarlo y saber dejar paso a los más jóvenes. La norma está así y hay que aceptarlo.
¿Qué hará ahora los fines de semana?
Aburrirme (risas). Le dedicaré más tiempo a mis hijos y haré planes con los amigos. Me he perdido muchos, porque en Segunda B viajas casi todos los fines de semana y pitas sábado y domingo. Por tanto, no te puedes descuidar; al contrario te tienes que cuidar muchísimo. Adquieres un compromiso y no siempre se entiende.
¿Se desvinculará del arbitraje?
No tengo nada pensado, pero me gustaría seguir vinculado aunque el cómo todavía lo no sé. Cuando yo comencé hubo alguien que me enseñó y ahora me gustaría enseñar a mñi. Creo que puedo transmitir mi experiencia a los jóvenes.