
El comienzo del largo mandato de Joaquín Arraiza al frente de la Federación Navarra de Fútbol coincide ya en el año 1955 con un auge sin precedentes del mundo futbolístico en la Comunidad Foral. Las actas de la época recogen el 29 de abril de 1955 como fecha en la que Arraiza coge el relevo a Apilio Nebreda.

Joaquín Arraiza comienza su mandato con vigor y, a los pocos días de su toma de posesión, tras presentarse a los clubes y a la prensa, realizó un viaje a Madrid para emprender las gestiones con respecto a la MUTUALIDAD DE FUTBOLISTAS. El viaje resultó rentable y el nuevo presidente volvió de la capital con el compromiso de instalar un nuevo ambulatorio en Navarra, siempre que desde la Federación Navarra de Fútbol se les buscara un local de cuatro habitaciones. A cambio, la Federación Española estaba dispuesta a invertir en esta delegación navarra 250.000 pesetas de la época. Fue el principio de un proyecto que todavía hoy continúa.

Temporada 1956-57. Empezando por la izquierda, el nuevo presidente, Joaquín Arraiza; el tesorero, Ignacio del Brio; el vocal, Miguel Ángel Barragán; y el secretario general, Abrahám Cornago.
Es, precisamente, en la temporada 1955-56, cuando seis clubes navarros llegan a jugar en la Tercera División de la época: Peña Sport, Azkoyen, Izarra, Oberena, Iruña y Tudelano.

Un clásico Tudelano – Oberena, en Griseras. Los capitanes Junguitos y Estanga, con el árbitro Munárriz y los asistentes de Tudela.
Ese mismo verano, las cuentas de la Federación Navarra de Fútbol arrojan 100.000 pesetas de beneficio que la Junta Directiva estima oportuno repartir entre los clubes en función del impulso que hayan dado a las categorías infantiles y juveniles y a la clasificación.
A partir también de la segunda mitad de la década de los cincuenta comienza a hacerse evidente el imparable aumento de inscripciones en las categorías inferiores, unas cifras que auguran un buen futuro para el fútbol navarro. No es de extrañar que, como dato curioso, la Federación llegara a ceder en una ocasión todas sus subvenciones para la adquisición de balones para estas categorías inferiores.
De esta forma, las 828 licencias expedidas en 1957, un año después de la llegada de Arraiza a la presidencia, se convierten, una década después, en 2.330. El aumento fue en buena parte debido al creciente interés de los más jóvenes por el fútbol: los 208 jugadores de categoría juvenil de 1957 se multiplican por cuatro en el breve plazo de diez años llegando a los 895 inscritos en la temporada 1967-68. Y paralelamente al aumento de fichas, se van creando nuevas competiciones.

Equipo del Azkoyen, temporada 57-58, en el Campo de Chamartín finalista del Campeonato de España de aficionados: Felipe, Ozcoidi, Goñi “Pantalones”, Medio, Chirri, Aguirre, Gabriel, Horario, Monrrroy “Bolita”, Guembe y Osés.
Destaca, entre las nuevas competiciones, una ya con solera y que comienza a disputarse en 1957, el Trofeo Boscos, que se une a los campeonatos ya habituales de Regional (primera y segunda categoría), Copa Navarra y Juveniles. Una década más tarde, ya se han sumado a estas competiciones otras de nueva creación como el Campeonato de Aficionados, la Copa Presidente para Juveniles, Campeonato Navarro de Juveniles y Copa Federación. Nuevos equipos y nuevos campos de fútbol completan esta notable expansión del fútbol navarro que, a finales de los cincuenta y comienzos de los sesenta, llega a cada rincón de la geografía navarra. Los clubes pasan en pocos años de 35 a 112. Y para fomentar el espíritu deportivo y la afición al fútbol entre los más jóvenes, se crean en los años cincuenta y sesenta, a instancias de la Federación, los primeros premios a la Deportividad.
Sin embargo, la creación de nuevos terrenos de fútbol es más complicada. Para subsanar este déficit, la Federación Navarra decidió el 12 de agosto de 1956 alquilar para cinco años el Campo de Fútbol General Mola. Con este acuerdo muchos equipos ven viable su continuidad en la competición. En cualquier caso, una década después, en el año 1968, los comités de competición siguen denunciando «la fatal realidad de carencia de campos donde disputar los partidos» y el hecho de que se incremente «el número de clubes inscritos que no cuentan con campo de fútbol propio». El estadio «Ruiz de Alda» —actual estadio Larrabide— alivia algo la situación al autorizarse en 1968 su empleo para los encuentros de juveniles, los que más dificultades tenían para conseguir su propio terreno de juego.

Destacó, en esta época, la adhesión a la Federación Navarra de Fútbol de los CLUBES RIOJANOS (temporada 1957-1958), que hasta entonces dependían de la Federación Guipuzcoana. Navarra consigue que una veintena de clubes de LA RIOJA se adhieran a su administración, además del Mirandés (Burgos). Los nuevos clubes afiliados, el asentamiento del fútbol y la buena organización convierten a Navarra en una Federación con voz en Madrid.
“En 1957, los clubes riojanos se adhieren a la Federación Navarra de Fútbol que se ve obligada, a mediados de los sesenta, a abrir una delegación en Logroño”
ADHESIÓN A NAVARRA DE LOS CLUBES RIOJANOS
En Primera Regional, posteriormente, se incorporan 23 equipos más de La Rioja. Así, la amplitud geográfica de la Federación Navarra obliga a abrir una delegación de la Federación Navarra de Fútbol en Logroño, con el fin de atender más de cerca los problemas de los clubes riojanos pese a que su dependencia siga centralizándose en Pamplona.
Creación de la Escuela de Preparadores
A caballo entre la presidencia de Nebreda y de Arraiza, comenzó también a desarrollarse una Escuela de Preparadores. Para dar los primeros pasos, a mediados de la década de los 50, la junta presidida por Alipio Nebreda decidió conceder a este nuevo servicio una subvención de 3.000 pesetas y la cesión de diez ejemplares de los apuntes oficiales de la Escuela Nacional de Preparadores. La Escuela tenía como objetivo formar entrenadores y comenzaron a realizase cursillos de preparación.

Programa de las escuelas regionales, 1953
Colegio de árbitros
La Junta Directiva continúa manteniendo una excelente relación con el Colegio de Árbitros de Navarra que, desde 1952, preside el Sr. Remacha después de abandonar el arbitraje por una lesión. En la temporada 1958-1959 el presidente pasará a ser Arturo Cejuela Nieto. El arbitraje navarro goza de buena salud y en agosto de 1960, 42 colegiados ejercen en categoría nacional. En 1960 y 1961, respectivamente, Razquin y Orrantia ascienden a Segunda División.
El Comité Regional de Árbitros de Navarra tiene como máximo exponente de su historia a DANIEL MARÍA ZARIQUIEGUI IZCO. Su ascenso fue meteórico. En octubre de 1944 entró a formar parte del Colegio Navarro de Árbitros. En 1948 era colegiado de Tercera, en 1949 de Segunda y en 1950 de Primera División, en la que estuvo durante 20 temporadas. Debuto en esta categoría con tan sólo 25 años de edad siendo el árbitro más joven de Primera División en su época. Alcanzó la internacionalidad el 15 de septiembre de 1951.

Dirigió partidos de Copa de Europa, la fase previa de los Mundiales, los Juegos del Mediterráneo o encuentros de selecciones. Puso fin a su carrera el 30 de mayo de 1970 en un Real Madrid & Barcelona en la Copa del Generalísimo.
«Fue el primer árbitro español en cruzarse en el camino de Pelé«
30 AÑOS EN EL ARBITRAJE
Mientras tanto, y retomando la actividad institucional, los números positivos van menguando en la Federación Navarra de Fútbol en la década de los 60. La explicación de la Federación Navarra es que se hace cargo de la mutualidad de los futbolistas en edad juvenil. Son años en los que el fútbol no atraviesa su mejor momento en la zona de Pamplona. A pesar de ello, desde la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes se valora el trabajo de la Federación y Joaquín Arraiza recibe la medalla de plata, en la festividad de San Francisco Javier (1968), por el fomento del fútbol en Navarra.

José Antonio Elola Olaso, Delegado Nacional de Educación Física y Deportes, y Joaquín Arraiza Goñi, presidente de la Federación Navarra de Fútbol.
En cualquier caso, el eterno problema de las instalaciones para los clubes sigue siendo un quebradero de cabeza. El número de clubes crece pero los problemas de instalaciones y económicos se mantienen. La Federación trata de ayudar a los equipos mediante la búsqueda de firmas comerciales que patrocinen a los equipos de Segunda y Tercera Regional, además de a los juveniles. Se buscan concesiones de ayuda por kilometraje o donación de material deportivo. Pero no es suficiente. Así, el propio presidente se desplaza hasta Madrid en diciembre de 1970 para entrevistarse con el interventor de la Federación Española de Fútbol y el tesorero de la institución. Al final, la RFEF destina 100.000 pesetas para los clubes modestos y la ayuda a la construcción y mejora de las instalaciones.

La mujer y el fútbol
La incorporación de la mujer a la vida social es una situación nueva y poco a poco se abre puestas en el mundo laboral y llama a las puertas del fútbol. En Navarra todavía faltaron 25 años para que la competición del fútbol femenino se normalizase, pero l mujeres ya empezaron a demostrar su afición acudiendo a presenciar los partidos de fútbol y vistiéndose de corto. En un principio, la Federación se muestra reacia a tratar este tema, pero clubes como Oberena o Chantrea comienzas a poner las primeras base.
En el ámbito institucional, en 1971, por primera vez, Joaquín Arraiza plantea no presentarse a la reelección por haber sido promovido a otros cargos públicos. Sin embargo, supuestas particularidades de otro candidato, José Gabriel Archanco Uidobro, le hicieron cambiar de parecer y las elecciones, celebradas el 2 de octubre de 1971, Arraiza es reelegido con 10 votos a favor frente a los cero de su opositor Archanco.