
Tras el parón de la Guerra Civil, el fútbol vuelve a reaparecer con fuerza a finales de la década de los años 30. Los hombres regresan del contencioso y rehacen sus vidas. La generación de los veteranos se une a la de los más jóvenes y pronto se organizan alrededor de un balón para olvidar otras penurias. No es una época muy fructífera para la mayoría de los hogares navarros, pero el fútbol es un entretenimiento al alcance de todos los bolsillos. Además, se convierte en un deporte apoyado desde el gobierno.
El trabajo de la Federación Navarra de Fútbol, después de tres años de enfrentamiento, consiste en intentar reanudar su actividad habitual antes del conflicto, volviendo a poner en marcha las competiciones en todas las categorías. Uno de los cambios que se producen en la posguerra es la comunicación, por parte del entonces Gobernador, de que la Federación debe informarle de todos los acuerdos tomados.
La desmedida afición a este deporte había provocado en algunas localidades, principalmente de la ribera, algaradas sociales en encuentros de Segunda Regional que desde la Delegación del Gobierno se querían evitar. De esta forma, se determinó que, “cada miércoles, se ponga en conocimiento del Gobernador los acuerdos adoptados por el Comité de Competición para aplicar cada uno las sanciones en su jurisdicción para cortar cualquier incidente que pueda alterar el orden público” y para “garantizar la buena marcha del campeonato”.
Espectáculo de masas
El fútbol se convirtió de manera paulatina en un espectáculo de masas. Los modestos primeros campos de deportes dieron paso a estadios de mayor aforo, al mismo tiempo que las competiciones oficiales se normalizaron y ganaron eco social; los clubes se consolidaron como entidades de relevancia. Algunos de los principales equipos navarros de fútbol de la época fueron el Club Atlético Osasuna, el Club Deportivo Tudelano, la Peña Sport Fútbol Club o el Club Deportivo Izarra.
El número de licencias se incrementa. Son los años de mandato de Alipio Nebreda, que se mantendrá al frente de la entidad una veintena de años.
A finales de la década de los 40 se incrementa el número de licencias hasta llegar a las 828 en 1950
RÉCORD

Inauguración de la sede en la Calle Pozoblanzo (1952), con la presencia del Presidente Nebreda, acompañado por Remacha (Comité de Árbitros), Auxilio Goñi y otras autoridades.
A lo largo de estas dos décadas, la Federación Navarra de Fútbol realizó varios cambios de domicilio. Primero, la sede social de la institución quedó instalada en la C/ Bergamín, 5. Posteriormente, en la Avenida de Zaragoza, 13. Y, a mitades de la década de los cincuenta, poco antes de que Nebreda abandonara su cargo, la Federación se trasladó a la C/ Pozoblanco, 15.

Pachi Echauri, en las oficinas de Pozoblanco. El material de oficina comienza a modernizarse. Se populariza el teléfono y la máquina de escribir.
La Federación Navarra de Fútbol, después de tres años sin competición, abrió de nuevo sus puertas a finales de 1939 con Alipio Nebreda a la cabeza. Los equipos se organizaron en dos grupos de Primera Categoría y tres de Segunda. El cuadro de campeones quedó al término de la temporada de esta manera.
- Campeón de aficionados: Osasuna
- Primera Categoría Grupo A: Iruña, primero seguido del San Juan.
- Primera Categoría Grupo B: Amaya y Flecha Azul, respectivamente.
- Segunda Categoría: Irrintzi (Grupo A), Juveniles (Grupo B) y Calasancia (Grupo C).

CD Iruña. 20-04-1941. De pie: Medrano, Vicente Cuartero, Evaristo, Alfaro, Ganuza y Barasoain. Abajo: Jaime, Ceballos, Gerardo, Zunzarren e Ibarrola.
En cualquier caso, apenas ha quedado documentación alguna hasta bien entrada la posguerra. Los datos correspondientes a la historia de la Federación Navarra se recogen de los anuarios de la Federación Española de Fútbol. En la temporada 1941-1942 ya consta que en Navarra hay 46 clubes, un número que se incrementa en las siguientes campañas con 19 inscripciones más. El mismo anuario recoge también la existencia, en 1947, de 658 licencias en la Federación, de las cuales 34 son de fútbol aficionado. Los equipos se distribuyeron en las distintas categorías de la siguiente manera:

Los libros de actas de la Federación se reanudan el 19 de febrero de 1949; y en esa primera acta se incluye un acuerdo para implantar un cupón pro jugadores lesionados de los clubes modestos.
Con posterioridad, el 3 de marzo de 1952 se creó el Patronato de Clubes Modestos con el fin de asegurar la supervivencia, permanencia y continuar en la competición de Primera Regional mediante la consecución de campo y gestión de recursos para cubrir el déficit por desplazamiento. El presidente del Patronato fue Nicolás Ibarra, representante del Ayuntamiento de Pamplona.

Año 1950. Gaztena de Corella. Con el futuro portero de Osasuna, Eusebio «Palotes».
Los medios de comunicación
Con la popularización de la radio, el fútbol va más allá de la presencia de los aficionados en los campos. Y comienzan las primeras retransmisiones deportivas. Eso sí, los periodistas tuvieron que solicitar permiso a la Federacion Española para retransmitir los partidos de Osasuna (28-11-1950).

Representantes de los medios de comunicación junto con el presidente de Osasuna. De izquierda a derecha: Arturo Gracia, Gregorio González «Don Goyo», Mario Echeverria «Conde Calixto», Emilio G. Ganuza (presidente de Osasuna), Carlos Alzu «Caral» y José A. Barber «Fido».
El 9 de diciembre de 1950 se recibe una nota en la que según el artículo 52 de los estatutos se prohíben las declaraciones de los directivos, entrenadores y jugadores
PROHIBIDO
Problemas de Instalaciones
El Campo del Izarra es devastado por una tormenta de agua; la Federación, de forma extraordinaria, le concede una subvención de 50.000 pesetas para reconstruir el campo.
En Pamplona, mientras tanto, a finales de 1952 se negocia con el Gobernador la cesión del Estadio General Mola para los equipos de Primera Regional. Osasuna, por su parte, solicita a la Federación Española una subvención para reconstruir una tribuna incendiada en junio de 1953. No se la conceden. El Ayuntamiento de Pamplona concede a la Federación Navarra de Fútbol el uso de unos terrenos en el Soto de Lezkairu para la práctica del fútbol de los clubes modestos, siendo la Federación Navarra quien costea la colocación de las porterías. Y el 25 de febrero de 1954, Oberena suplica un donativo de 100.000 pesetas para habilitar en sus terrenos un campo de fútbol…

Vista del Estadio General Mola
Era ya el final de una época. De 20 años de mandato. Alipio Nebreda cedió el cargo de presidente. En 1955 tomó el testigo Joaquín Arraiza…